Se espera que la demanda de la soldadura especializada aumente durante la próxima década. Con este crecimiento esperado, las estructuras y los equipos viejos necesitarán mantenimiento mientras continua la fabricación de nuevas estructuras. Las operaciones de soldadura tienen oportunidades de expandirse, pero al hacerlo, será primordial centrarse en la salud y seguridad de los empleados.
La exposición a óxidos metálicos y subproductos gaseosos es uno de los principales peligros que enfrentan los soldadores. Ya sea que realices una soldadura por fusión que aplique solo calor (procesos de arco eléctrico, gas o láser) o combinando calor y presión en los procesos de soldadura y corte, los resultados son los mismos: todos los métodos generan humos peligrosos.
Las partículas de metal en los humos de soldadura son de 50 a 75 veces más pequeñas que el ancho de un cabello humano, lo que las hace extremadamente fáciles de inhalar. Respirar partículas metálicas y gases trae consigo una serie de efectos en la salud, según la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA) en su hoja informativa sobre el tema.
La exposición breve a los humos puede provocar náuseas, mareos, o irritación de los ojos, la nariz y la garganta, una afección conocida como “fiebre de los humos metálicos”. La exposición prolongada puede provocar cáncer, daño orgánico o neurológico. Ciertos gases desplazan el oxígeno y también pueden presentar riesgos de asfixia, especialmente en áreas de trabajo cerradas.
Cada instalación tiene un nivel de riesgo diferente, causados por estos factores:
No existe una pauta única para la exposición a los humos de soldadura. En cambio, OSHA recomienda cumplir los límites de exposición permisibles (PEL) para metales específicos, lo que refleja los límites durante períodos de tiempo específicos. Por ejemplo, para el aluminio, el hierro y el acero, el PEL es de 5 mg de partículas por metro cubico de aire (5mg/m3) como promedio durante un período de 8 horas. Los metales que son más tóxicos, como el cromo, el manganeso, el acero inoxidable, el níquel y el cadmio, tienen PEL más estrictos.
Muchas operaciones de soldadura se esfuerzan por mantenerse dentro de los valores límite de umbral (VLU) especificados por la Conferencia Estadounidense de Higienistas Industriales Gubernamentales (ACGIH). Estas estimaciones del nivel de exposición que un trabajador puede tolerar a lo largo de su carrera se basan en investigaciones científicas actuales y pueden ser más bajas que los PEL. Una referencia a los PEL y VLU es la guía de bolsillo sobre peligros químicos publicada por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH). Sin embargo, tenga en cuenta que su operación puede tener requisitos estatales y locales adicionales.
Una vez que comprenda los límites de exposición aplicables para sus metales y su proceso, debe considerar formas de reducir esos peligros de exposición. OSHA recomienda una “Jerarquía de controles” clasificada de mayor a menos eficacia:
Eliminación y sustitución: elimine físicamente el peligro. Detenga el uso de materiales peligrosos, si es posible.
Sustitución: reemplaza el peligro. Cambia a una alternativa, como un metal de relleno diferente o consumibles de alambre revestido que generen menos humo.
Controles de ingeniería: Aislar a las personas del peligro. Cierre el espacio y/o instale un sistema de ventilación de extracción local (extractor de humos o colector de polvo/humos)
Controles administrativos y de prácticas laborales: Cambia la forma de trabajar de las personas. Modificar los hábitos de trabajo o las posiciones de los soldadores, limitando el tiempo en áreas de alta concentración y/o mejorando el entrenamiento.
Equipo de protección personal (EPP): Protege a los trabajadores con el EPP adecuado. Use respiradores aprobados por NIOSH, especialmente cuando otros controles resulten insuficientes, e inspecciónalos para asegurar de que se ajusten y estén en condiciones adecuadas.
La ventilación es crucial para sacar los humos de la zona de respiración de un soldador. OSHA hace estas recomendaciones sobre ventilación natural y diseñada:
Si bien la ventilación con ventilador de aire natural o forzado puede funcionar en algunas circunstancias, los sistemas de extracción de humos son generalmente mucho más efectivos. De hecho, en Gran Bretaña, la ingeniería de ventilación se ha vuelto obligatoria en la soldadura, incluso para acero dulce o Acero Al Carbón. Una actualización de 2019 del Health and Safety Executive (HSE) requiere que todas las operaciones de soldadura utilicen ventilación de extracción local. Debido a que Europa es a menudo la primera en adoptar regulaciones más estrictas, la regla puede indicar un panorama cambiante para los soldadores en los EE.UU. y otras regiones.
Cada operación de soldadura es única. Es aconsejable contar con un profesional de higiene industrial que te ayude a identificar los límites de exposición aplicables, tomar muestras de aire de las zonas de respiración alrededor de tus trabajadores, revisar tu proceso y guiarte en el desarrollo de una estrategia de gestión de riesgos. Además, Donaldson puede ayudarlo a seleccionar el equipo de filtración para ayudar en la recolección de polvo y humo de soldadura como parte de soluciones de ingeniería confiables.