Los polvos combustibles son partículas finas de polvo que tienen el potencial de incendiarse y/o explotar en determinadas circunstancias. Algunos ejemplos de polvos combustibles son la mayoría de los materiales orgánicos sólidos (por ejemplo, azúcar, harina, polvo de madera, etc.), metales (por ejemplo, aluminio, polvo de acero, etc.), etc.
Muchas instalaciones de producción generan, manipulan, transportan, procesan o almacenan materiales que provocan o se convierten en polvo combustible. El polvo en suspensión que generan estos procesos no supone un simple problema de limpieza. Una vez que esas partículas se han asentado en lugares de difícil acceso de una obra, cualquier alteración posterior puede producir una nube de polvo potencialmente explosiva y, cuando se expone a una fuente de ignición, existe la posibilidad de que se produzca un incendio o una explosión. Por lo tanto, en la mayoría de las instalaciones es obligatoria la creación de un plan de mitigación de riesgos.
Es esencial que los propietarios de los procesos comprendan los peligros que entraña el polvo y se aseguren de gestionar correctamente los riesgos de combustión en sus procesos. La responsabilidad de evaluar y gestionar los riesgos, crear un plan de mitigación de la protección frente a explosiones y cumplir todas las leyes y normativas aplicables recae en los propietarios del proceso, que son quienes mejor conocen su proceso, sus instalaciones y a sus trabajadores.
Ponerse manos a la obra con la estrategia de mitigación del polvo combustible puede parecer una tarea desalentadora. El análisis de los riesgos relacionados con el polvo y el eventual plan de mitigación de explosiones de cada instalación serán únicos, por lo que no existe una estrategia «única» que todos deban seguir. No obstante, hay algunos pasos básicos* que pueden ayudarle a poner en marcha su plan de mitigación de riesgos:
1. Determine si su polvo es combustible: comience por evaluar su polvo y sus procesos para determinar si su polvo es combustible, enviando una muestra de polvo recogida adecuadamente a un laboratorio cualificado. Si se demuestra que es combustible, otras pruebas determinarán si es explosivo, con qué rapidez puede ocurrir y cuánta fuerza puede soportar.
2. Comprenda los conceptos básicos y examine sus procesos: conozca cómo pueden producirse incendios y explosiones, comprendiendo el triángulo del fuego y el pentágono de explosiones. Para poder identificar y gestionar uno o más de los elementos del triángulo, con el fin de disminuir los riesgos de incendio y explosión, debe auditar su proceso para identificar dónde se generan, liberan o tienden a acumular polvos molestos. Suelen acumularse en áreas de admisión y mezcla, vertederos de sacos y estaciones de soldadura o corte. En cada una de estas ubicaciones, analice los procesos de producción, las prácticas de limpieza, las medidas de control de polvo y las posibles fuentes de ignición presentes.
Esta información le ayudará a seleccionar el necesario para ayudar a mitigar estos riesgos.
3. Conozca las leyes y reglamentos aplicables: el propietario del proceso es responsable de seleccionar la estrategia de gestión del material combustible y de garantizar el cumplimiento de todas las directivas, códigos y normas aplicables de su localidad.
Los reglamentos, códigos y normas locales, nacionales e internacionales afectarán a su estrategia de mitigación del polvo combustible. Conocer la normativa aplicable a sus instalaciones es fundamental, y siempre debe conocer cuáles son los requisitos legales de su zona y elaborar un plan de mitigación en consecuencia.
En Europa, así como en EEUU, las dos normas de referencia más comunes relacionadas con la protección de los empleados y los equipos frente a los riesgos relacionados con atmósferas potencialmente explosivas son las normativas NFPA y Directivas ATEX.
4. Desarrolle un plan de mitigación: una vez que conozca las características del polvo presente, haya analizado sus procesos e instalaciones y estudiado las leyes y normativas locales, puede empezar a desarrollar su plan de mitigación de los riesgos derivados del polvo combustible.
Las cuatro medidas clave que debe tener en cuenta al elaborar su plan son las siguientes:
Uno de los pasos clave a la hora de mitigar el riesgo de explosión es seleccionar el sistema de captación de polvo adecuado.
Como fabricante y proveedor de soluciones de filtración industrial, podemos ayudar a los propietarios de procesos a seleccionar las tecnologías de filtración adecuadas. Para proporcionar este apoyo, necesitamos información completa y precisa sobre todos los contaminantes potencialmente combustibles y el plan o planes de mitigación de incendios y/o explosiones que usted, como propietario del proceso, tiene intención de llevar a cabo. Una vez preparado su plan de mitigación de riesgos, podemos ayudarle a revisarlo y a integrar nuestros equipos Donaldson en su estrategia de gestión del polvo.
Aprovechando nuestra dilatada experiencia, en combinación con nuestra amplia oferta de productos, podemos ayudarle con su estrategia de gestión y control del polvo combustible, proponiéndole soluciones de captación de polvo adecuadas para sus procesos. Nuestras soluciones se centran en ayudarle a gestionar el polvo combustible y los riesgos que conlleva en su proceso.
Para ayudarle a gestionar el polvo combustible en sus instalaciones y cumplir las normativas locales, Donaldson puede suministrarle diferentes sistemas de captación de polvo, configurándolos con protecciones indispensables en función de sus necesidades y de la explosividad del polvo a manejar, además de recomendarle a expertos en supresión de incendios y explosiones.
Es esencial contar con un plan integral para gestionar y mitigar los riesgos potenciales que conlleva la presencia de polvo combustible. Obtenga más información sobre las estrategias de prevención centradas en reducir la posibilidad de que se produzca un evento de combustión en un colector de polvo.