Dado que la energía tiene un precio, desperdiciar energía significa desperdiciar dinero. Puesto que los sistemas de filtración consumen energía, requieren de mantenimiento y de una correcta selección de componentes para funcionar de manera óptima. Elegir filtros y carcasas de alto desempeño le permitirá ahorrar dinero y asegurar la protección contra contaminantes dañinos. A continuación le contamos lo que debe saber para asegurarse de que su sistema de filtración esté ahorrando energía y funcionando de manera óptima.
El desempeño de un sistema de filtración se mida de acuerdo con tres variables clave.
La presión diferencial, también llamada comúnmente caída de presión, delta P, dP, ∆P, es la métrica que se relaciona directamente con el ahorro de energía. Estas tres variables son concesiones de diseño y se deben considerar en conjunto cuando se crea un sistema de filtración bien planificado. Un sistema ideal tiene una alta eficiencia, alta capacidad y baja presión diferencial.
La presión es una medición de la resistencia al flujo y la densidad de energía potencial disponible para llevar a cabo el trabajo. A continuación se indica la relación entre trabajo y presión:
Presión = Fuerza / Área = Fuerza • Distancia / Área • Distancia = Trabajo / Volumen
Dado que la energía es costosa, lo ideal es tener la mayor cantidad posible de energía que ingresa al sistema disponible para hacer trabajo útil, como transferir productos líquidos a través de tanques y tuberías. Y dado que la presión es una medida de la energía disponible, queremos ahorrar lo máximo posible utilizando filtros de tamaño correcto y reemplazándolos según un programa de mantenimiento regular.
La presión diferencial es simplemente la diferencia de presión entre dos puntos en un sistema de fluidos. Describe la pérdida de energía disponible en un sistema de líquido o gas; sin embargo, la energía no se pierde en un sentido absoluto. Más bien, se convierte en energía térmica, que no está disponible para realizar trabajo útil.
Puesto que todos los gases y líquidos poseen masa, cualquier cambio de dirección en el flujo provoca un cambio de dirección con una presión diferencial correspondiente. Dado que todos los líquidos y gases tienen viscosidad, todo el movimiento relativo entre el líquido y una tubería o dispositivo auxiliar genera cierto grado de viscosidad o presión diferencial de fricción. A medida que se acumulan contaminantes en la media filtrante, se reduce la cantidad de vías de flujo disponibles, lo que se registra como una caída de presión que desperdicia energía.
La presión diferencial se mide con un indicador ubicado en la carcasa misma del filtro, o utilizando un medidor en línea aguas arriba y aguas abajo de la carcasa del filtro. Es una medida de todas las resistencias al flujo a través del sistema de filtración y, por lo general, incluye la pérdida a través de los orificios o puertos, la resistencia de la media filtrante limpio y la resistencia de los contaminantes recolectados en la media filtrante.
Los cambios en la presión diferencial indican los cambios físicos de los filtros. Una disminución repentina en la caída de presión diferencial puede indicar una ruptura o una fuga en el filtro. A medida que se acumulan contaminantes en el filtro, la caída de presión a través del filtro aumenta. Los filtros que alcanzan caídas de presión terminal se deben atender según corresponda, ya sea cambiándolos, limpiándolos o esterilizándolos con prontitud.
Seleccionar componentes de alta calidad que están diseñados específicamente para proporcionar el más alto nivel de desempeño con la menor pérdida de presión es una excelente forma de ahorrar energía y mantener el desempeño del
equipo.