El contexto
Una empresa mundial de revestimiento de superficies, con sede en Indiana, ofrece revestimientos protectores y soluciones para aplicaciones industriales que pueden romperse debido a la abrasión, la corrosión, la erosión, la excoriación, la oxidación y el desgaste por el uso. Estas soluciones incluyen revestimientos avanzados que prolongan la vida útil de componentes y equipos críticos para las industrias de la automoción, la química, la aviación y el gas y el petróleo. La empresa emplea a ingenieros, tecnólogos y expertos en revestimiento en más de 35 plantas de producción en 12 países.
Las plantas son operaciones de alta demanda que con frecuencia funcionan de forma continua para mantener las piezas de los equipos (como, por ejemplo, los componentes de los motores de las aeronaves, los ejes de los trenes y los rotores de los motores de lodo) protegidos, mantenidos y funcionando correctamente. Los exigentes procesos que utilizan revestimientos especiales, polvos de pulverización térmica y otras mezclas químicas requieren que los equipos de mantenimiento y las instalaciones implementen sistemas de filtración fiables.
En algunas de las plantas más grandes, como la de Swindon (Inglaterra), que cuenta con 12 colectores de polvo, mantener el rendimiento constante de los colectores y cumplir con las tareas de supervisión y mantenimiento manual era todo un desafío. El equipo de mantenimiento estaba acostumbrado a recorrer la planta con un «portapapeles y un bolígrafo» para revisar cada uno de los colectores de polvo y anotar si alguno necesitaba alguna inspección adicional o reparación.
El reto
Además de la cantidad de tiempo dedicado a la supervisión manual de los colectores, la planta de Swindon se enfrentaba a un rendimiento irregular de los filtros. El polvo abrasivo y las fuertes partículas procedentes del proceso de revestimiento de superficies metálicas y cerámicas de la planta estaban provocando la rotura prematura de los filtros y la necesidad de sustituirlos.
Nueve de los 12 colectores de Swindon se consideran «de misión crítica» para mantener la productividad y satisfacer las demandas de los clientes.
Cuando un responsable de mantenimiento e instalaciones de la planta de Swindon de la empresa empezó a desempeñar su función, se dio cuenta rápidamente de que se dedicaban demasiadas horas y recursos a completar el registro manual, la supervisión y la resolución de problemas de los filtros de los colectores.
Por lo tanto, buscó un nuevo proceso automatizado que cumpliera esta tarea crucial de supervisar los colectores en base a la condición de la planta.